El poder de estar bloqueada

Ese espacio liminal…

Creo que lo conoces bien, pues no he oído del primer visionario y artista de negocios que no lo haya vivido:

Ese espacio liminal, entre una claridad y otra, entre certezas y declaraciones… lo que comúnmente le llamamos bloqueo o confusión.

Donde sentimos que no tenemos forma, que el futuro es imposible de sostener en nuestras manos, y el pasado es un suspiro que cambia por segundo, mezclando oraciones, conceptos, memorias.

Ese espacio donde somos pura masilla y perdemos la conexión con la realidad. Nos preguntan qué hacemos y nuestra mente se pone en blanco, como si el internet se hubiese desconectado y está la pantalla cargando. Y eso se siente tan eterno… claro, cómo no se sentiría eterno, cuando el mismo concepto de tiempo sufre en este estado, pues no sabemos decirte si han pasado días o años.

Aquí puede suceder tanto y nada al mismo tiempo. Una parte pequeña, aquella que nos mantiene conectadas al cuerpo y going through the motions, nos suspira que tenemos cosas que hacer. Nos reclama que porqué estamos jugando a ser amorfos cuando tenemos que entregar ese proyecto el día 15.

O tal vez simplemente te llena de desesperanza y angustia, con las esperanzas de que “salgas de aquí más rápido, carajo, necesitamos más clientes”. Y es que, ¿por qué no estás haciendo nada?

Aquí es donde yo he aprendido algo: en este estado somos más poderosos.

Dentro de esa confusión, ese ni aquí ni allá, estamos en el abismo — donde todo existe, donde eres mil identidades y a la vez ninguna. Donde solo con elegir, tienes el poder de cambiarlo todo.

El espacio liminal es el espacio de creación por excelencia. Porque dependiendo de la puerta que desees abrir para volver a “la realidad”, todo se reconfigurará para darte la razón.

Esta danza de no saber no es una maldad de los cielos buscando hacer tu experiencia más difícil, es un regalo. Solo aquí, sin forma, sin norte, desconectados de la realidad que habíamos creado, podemos realmente cambiar.

Inevitablemente, viene la pregunta: ¿qué quieres?

¿Qué realmente quieres?

Y la confusión empieza a disolverse, a transformarse en certeza. A dar paso a esa realidad que refleja esa decisión.

¿Lo importante? Que la tomes tú, y no la circunstancia. Que sea intencional, y no en respuesta a la agonía y frustración de “no saber”. Que sea tomada desde la curiosidad de vivir esa experiencia y no desde la desesperación de salir de la niebla.

Porque algo se mantiene siempre cierto en la vida, y es que solo tú eliges cómo vivir tus experiencias. Tú eres quien lo escribe, nadie más.

Sin gran abundancia de opciones, la confusión no existe.

Una vez escuché a una coach decir que si estás en una tienda de zapatos, antes de tomar una decisión de compra, todos los zapatos son tuyos. Solo cuando eliges uno, dejas de tener los demás. Ese es el poder de la posibilidad... y esa posibilidad es parte de lo que sentimos cuando estamos en bloqueo o confusión...

Por esto, este estado de "ni aquí ni allá" es el estado donde más abundancia experimentamos. Lo que nos hace sentir densos es la gran cantidad de posibles realidades que estamos procesando en ese momento.

Lo que te bloquea no es que no sabes lo que quieres, sino que no te atreves a perder las demás opciones por miedo a que tu criterio no sea bueno, o suficiente.

Esto, en esencia, es un tema de autoliderazgo y autoconfianza. De sentir esa certeza de que tú eres la persona que mejor sabe lo que le conviene, lo que desea y lo que le atañe.

 Creando más autoconfianza

Así como tienes relaciones con otras personas, tienes una relación contigo mismo. Pero no nos enseñan a cultivarla o a fortalecerla. Estamos rodeados por un sistema que nos premia cuando regalamos nuestro poder y creemos más en otra persona