¿Cuál es el propósito de tu negocio?

Te tengo una pregunta: ¿cuál es el propósito de tu negocio?

Si dijiste vender o dijiste lo que haces (proveer servicios de, ofrecer productos de tal o cual cosa...) sigue leyendo.

Primero que nada: el canal

El dinero es algo muy poderoso. Nos permite crecer y convertir sueños en realidad, nos proporciona experiencias, garantiza seguridad y nos da estatus. Todos lo utilizamos de manera diferente.

Muchos lo ven como una meta, otros como un estilo de vida, y unos pocos como una herramienta.

¿Qué es el dinero para ti?

El dinero es un canal, no un destino. Si quieres hacer más dinero mensual, realmente lo que quieres es lo que el dinero te puede permitir lograr.

Y fíjense como no dije comprar, porque al final las cosas más importantes no se compran.

Los activos más valiosos de una empresa y la mente de un gran líder se pueden alquilar, pero nunca realmente poseer.

El sentimiento que causa una empresa en sus clientes, la cultura organizacional, la felicidad de los empleados... se alquila pero no se compra.

Puedes adquirir una empresa exitosa pero al final, ¿qué la hace exitosa? ¿Qué te garantiza que seguirá bajo tu mando actuando de la misma forma?

Lo segundo: la mentalidad

Los negocios y las marcas son entes vivientes que evolucionan, enferman, aprenden y maduran.

Los recursos (dinero, personal, inventario o tiempo) son herramientas que deben ser gestionadas, y el conseguir resultados dependerá muy de cerca de esa gestión.

Construir una marca que genere dinero, conlleva construir hacia una visión. Y para mantenernos firmes a la visión, debemos tener un conjunto de creencias y costumbres que nos permitan actuar en el mejor interés de esa visión.

Para lograr esto debemos cambiar nuestra mentalidad.

De escasez a abundancia. De competencia a comunidad. De números a resultados. De dinero a servicio.

Busca cultivar una mentalidad que te acerque a tus resultados deseados, sean cuales sean.

La mentalidad es lo único que está siempre contigo y que forma cómo haces lo que haces.

Tu visión es el qué y tu mentalidad es el cómo.

Tercer strike: el propósito real

No hay una forma correcta de gestionar un negocio ni hay una receta para lograr sueños. Miles de factores inciden en qué debe suceder para llegar a la meta.

Y claro, cada meta es diferente por lo que requiere un camino diferente.

Ahora bien, para perdurar en el tiempo y causar un impacto se debe tener una mentalidad de servicio, de dar porque eso es lo que hacemos, sin esperar recibir todo el tiempo.

¿Por qué debe un cliente comprarte cuando hay tantas opciones? ¿Por qué debe alguien confiar en ti si no te conoce?

Ponernos en los zapatos del cliente. Evaluar su historia, sus necesidades, sus miedos, nos deja ver que al final, ellos no nos necesitan tanto como los necesitamos a ellos.

Y nos permite cultivar una mentalidad que los convierta en recursos en nuestra misión de llegar a la meta y no en la meta.

Para lograr perdurar debemos de ser más que prestadores de servicios, debemos ser aliados, amigos, y confidentes.

O debemos ofrecerles algo que nadie más les va a poder ofrecer.

¿Qué puedes hacer hoy para cultivar la mentalidad que te acercará a tu meta?

Te invito a reflexionar qué te está dificultando el camino hacia la meta.

A veces, confundimos las prioridades, medimos lo que no es relevante, y nos dejamos llevar por tendencias sin tomar en cuenta que lo que hacemos es único y por ende, necesita que el camino sea trazado, no dictado por lo que hacen los demás.

¿Qué cambios puedes empezar a implementar HOY?